Efectivamente,
tu mirada me cuenta cosas.
Me habla de ti y de mí,
de los dos
del pasado
y del futuro lejano.
Me sonríe por el ahora,
por los pellizcos de mis dedos
en tu mano
por mis palabras
rápidas y apretadas.
Entonces,
es cuando
tus párpados presumen
y pretenden igualarse
a la comisura de mis labios.
Laura Díaz-Meco
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