viernes, 24 de septiembre de 2010

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Yo también quise una vez escribir los versos más tristes esta noche, pero resultaba que era de día y además, no te había perdido. La terraza irradiaba luz y levantaba el viento a las cortinas como la primera mano a la primera falda. Los pájaros volaban juntos, ala con ala, parecían abrazarse en la ingravidez. Después de mirar al cielo, ahí estabas tú, apoyado en la barandilla. Iba a acercarme a ti, pero preferí no mover ni un solo músculo y contemplarte a la distancia, como si estuviera escondida, espiándote. Tus brazos recogidos y tu espalda inclinada me dieron la idea de mover un pie hacia adelante, y luego el otro, y de nuevo el anterior, así hasta llegar a acomodarme como una pluma en tu hombro izquierdo. Hoy no me pienso mover de aquí, dije. Tanto es así, que llueva, diluvie, nieve, la ventolera queme mis ojos o el sol seque mis ideas, siento tu calor justo debajo de mi oreja, donde guardo mi silencio.



Laura Díaz-Meco

domingo, 12 de septiembre de 2010

Exit

Justo después

Ya no me quedan fuerzas,

Sólo ganas de potar.

Y eso que llevo varios días

Sin probar bocado.

Pero he tenido que asimilar

Engullir

Devorar

-Todo en uno-

La mierda que me regalaste

Antes de irte.



Laura Díaz-Meco