jueves, 12 de julio de 2012

Astros


Ojalá fuera verdad la astrología.
Ojalá pudiera saber mínimamente
algo de lo que me depara
la vida.
Hacer pociones mágicas,
conjuros,
y ver cómo marcha el maleficio.
Frotarme las manos, y echar una carcajada limpia
¡todo va como esperaba!
Que me salga una verruga en la nariz, si es preciso.

Ojalá supiera que era ése amor, y no el otro.
Ojalá supiera a qué ventana llamar
o dónde gritar, que se me oiga.
Y sin embargo, subo cada día a montañas equivocadas
los interrogantes forman nubes pomposas
que me llevan como alas de cera
hacia el Sol.
Y me abrasa el alma, y caigo,
caigo
en lo más profundo del océano.

Ojalá leyera mi sino en la palma de la mano
o en el poso del café o del té o del cóctel.
La espuma de mi cerveza marca un sino implacable
de …hip … hip… hip
más orina acumulada y lágrimas a descubrir.
Ojalá creyera en la astrología.

Ojalá pudiera verte entre ese enjambre de estrellas,
líneas coloreadas en el cielo nocturno.
Y que las cartas me digan:
Querida amiga, usted no tuvo un buen día hoy.
No se alarme. Mañana te abrazarán.
Y ya dormir sea mecerse entre algodones de terciopelo.
Y amarte sea esa paz
con que los creyentes aman la eternidad.



Laura Díaz-Meco