sábado, 22 de octubre de 2011

Metamorfosis

Tu alma empieza a clarearse.
Tus ojos se humedecen.
Las manos tiemblan casi transparentes.
El corazón se aprieta
Y se pierde.
Frente al espejo el reflejo es
Casi vacío;
Y el rostro, progresivamente invisible,
Va cayendo.
Cuerpo ya medio líquido medio humano,
Espesa lluvia lenta,
Se deja arrastrar como a un río
Que no le importa ya lo que lleve en él.
Troncos, peces sin burbuja, algas,
Trozos de tierra perdidos,
De no sé dónde.

Pero no te engañes. No esperes.
O si quieres espera, pero sin esperanza.
Estás solo, solo.
Las palabras no te salvarán.
Tú crees que sí, pero no te salvarán.

Echo de menos la ilusión.
Mejor no haber dicho nada.
Al fin y al cabo, son sólo palabras.
Ni río, ni lluvia, ni invisible.
De carne y hueso,
Con la cara algo amarillenta
Y los labios secos.
Mejor no haber dicho nada.
No te salvarán.



Laura Díaz-Meco