martes, 21 de diciembre de 2010

Iwasaki

Cuando llegó el tiempo de las preguntas alzamos temerosos las manos en medio del aula. A todos nos fascinaba ese mundo de ultratumba de andar por casa tan real, esa última risa macabra.
Iwasaki leyó el miedo en nuestros ojos y contestó sonriendo:
- Tranquilos, son sólo cuentos.
Todos nos miramos en absoluto silencio. Nadie se atrevía a decirle que llevaba más de treinta años muerto.


Juan Manuel Díaz Ayuga

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