martes, 7 de diciembre de 2010

¡Adiós abanico..! ¡Que llegó el aire!

Que me apetece salirme un rato al balcón, que parece que las flores se mueven por el fresco. El camisón se me vuela, la melena me baila.

Y a mí, tonta o afortunada, se me antojan los pulmones, globos, y cada vez que respiro floto por encima de las cabezas de las gentes. Y cuando suspiro puedo llegar a sentarme hasta en una nube…!

Cuando llego tan alto normalmente tomo un té. Cojo la tacita con el dedo índice y el pulgar (meñique levantado) y miro hacia abajo, con arrogancia.

Después, me da por nadar por el aire, a brazas, apartando las estrellas. Cojo una y la pruebo. Mmmm… ¡Sabe a limón!


Laura Díaz-Meco

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